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3 de junio de 2012

Escalador israelí del Everest salva la vida a 'hermano' turco




Mayo 23 de 2012, The Jerusalem Post
POR: Sharon Udasin

Si hubiera escogido continuar, Ben-Yehuda habría sido el israelí más joven en llegar a la cima del Everest.


Nadav Ben-Yehuda se estaba moviendo rápido en la cruelmente fría noche del 19 de mayo, maniobrando hábilmente a través de los últimos 1,000 metros desde el Campo IV del Monte Everest hasta su cima -la más alta del mundo a una altitud de 8,848 metros.

Él había entrenado en los dos años previos, escalando a través de todo el mundo desde que terminó su servicio en el ejército, y escogió hacer el tramo final del Everest –la subida a la cima –un día después que el resto de su grupo para evitar los atascos de tráfico peatonal, a pesar del pronóstico de un clima menos deseable y un peligroso día extra pasado en el Campo IV sin un saco de dormir.

“Cuando comenzamos a escalar supuse que estaría completamente exhausto pero subí realmente rápido”, le contó Ben-Yehuda, de 24 años, a The Jerusalem Post, a través de una conversación telefónica desde Katmandú, Nepal, el martes en la tarde.

Él continuó caminando pesadamente, con su guía Sherpa siguiéndolo detrás de él, hasta que súbitamente hicieron una parada a 250 metros de distancia de la cima.

Conmocionado, vio el cuerpo de su amigo del campamento base, Aydin Irmak, de 46 años, tumbado sin vida sobre los riscos helados.

“Cuando vi a mi amigo Aydin no hubo cuestionamiento”, dijo Ben-Yehuda, indicando que en su camino hacia Irmak él ya había pasado dos cuerpos sin vida enganchados a la soga de escalar.

Sabiendo que ellos iban a morir, estos hombres a propósito habían atado sus cuerpos a las sogas fijadas en los riscos cubiertos de nieve, congelándose en un letargo permanente. Al final, cuatro personas murieron en esa helada noche del Everest –pero Ben-Yehuda e Irmak no iban a estar entre los que fallecieron.

“La primavera del 2012 será recordada como la temporada más letal que nunca del Everest”, dijo Ben-Yehuda.

Grayson Schaffer, un editor en la Outside Magazine quién está apostado en el campamento base, escribió para el sitio web de su revista que el estado de ánimo del campamento desde el fin de semana “ha sido sumamente sombrío desde que las noticias de los percances comenzaron a llegar por primera vez desde la montaña”, cuando cuatro escaladores más murieron el sábado.

Si hubiera escogido continuar, Ben-Yehuda habría sido el israelí más joven en llegar a la cima del Everest.

“Esto realmente cambió mis planes”, dijo él.

Alzando a Irmak sobre sus hombros, Ben-Yehuda cargó a su amigo turco-newyorkino junto a su guía Sherpa por alrededor de ocho horas de regreso al Campamento IV –sin guantes ya que ellos hacen que el proceso de rescate sea demasiado difícil –y sin oxígeno, ya que su máscara ya se había roto.

“Uno no lo siente enseguida”, dijo él sobre escalar sin oxígeno, una sensación que pronto cambió. “Estás a punto de desmayarte todo el tiempo”.

Durante la marcha sin aliento hacia abajo, el grupo pasó a un escalador malasio, también prostrado y semi-consciente. Incapaz de cargar a una segunda persona, Ben-Yehuda dijo que afortunadamente pronto se cruzaron en el camino con un equipo de escaladores británicos, quienes pudieron llevarle oxígeno al malasio y revitalizarlo.

Las temperaturas de 40 grados Celsius bajo cero dejaron a ambos hombres con severas quemaduras en toda su cara, y la mano sin guante de Ben-Yehuda está ennegrecida hasta estar crujiente, partes de la cual podrían necesitar ser amputadas, explicó él. Pero eventualmente, los hombres lograron regresar al Campamento IV, donde un helicóptero vino en su rescate –permitiéndoles a ambos vivir.

Para Ben-Yehuda, la opción de olvidar su subida a la cima y salvar a su nuevo amigo fue simple, no tuvo que pensarlo.

“Aydin estaba escalando el día antes que yo –lo encontré en el camino hacia abajo. Decidí no subir”, le dijo él al Post. “Esta era la idea y funcionó, porque nosotros acabamos de cenar juntos”.

Ben-Yehuda estaba hablando en el teléfono desde una cena brindada por el embajador israelí en Nepal, Hanan Goder-Goldberger, en un nuevo restaurante para ciegos en Katmandú llamado Cenando en la Obscuridad, el cual es una sociedad entre la embajada israelí y la Asociación de Ciegos de Nepal.

Llamando a Ben-Yehuda un “héroe”, Goder-Goldberger dijo que estaba orgulloso de que a pesar de todo el entrenamiento físico que el joven había realizado para llegar a la cima, él tomó una noble decisión y regresó, para salvar una vida.

Ben-Yehuda le pasó el teléfono a Irmak, también en la cena, quien describió al Post la extenuación de todo su cuerpo y el dolor que estaba sintiendo esperando que sus dedos sanen. Irmak, también, había perdido sus guantes en los vientos de 200 km. por hora.

El primer problema para Irmak ocurrió cuando su guía Sherpa apareció un poco tarde, causándole a él escalar dos horas detrás del resto del grupo que había salido en la noche del 18 de mayo.

“Desafortunadamente, también la máscara de mi oxígeno se dañó”, dijo él.

Por recomendación del guía Sherpa, Irmak se sacó su máscara así como también tres o cuatro tanques de oxígeno de alrededor de 5 kilos cada uno y exitosamente completó la caminata de 11 horas a la cima. Para el momento que él llegó ahí, los miembros de su grupo que había partido antes ya estaban dejando la cima para regresar al Campamento IV.

“Yo era el único, yo solo”, dijo Irmak. “En el camino [hacia al cima] también esperé casi media hora para que los fuertes vientos pararan. Tienes que encontrar un lugar para refugiarte y esperar”.

Una vez que él encontró su ventana de oportunidad para realmente pararse en la cima, Irmak permaneció ahí por alrededor de cinco o seis minutos y después empezó el traicionero descenso.

“Comencé a caminar y caminar y caminar”, dijo él. “No sé por cuánto tiempo caminé”.

Y por supuesto estaba oscuro y estaba sin oxígeno. Entonces necesité detenerme. No recuerdo.

La única cosa que recuerdo es la voz de Nadav -´Aydin, Aydin, estás ahí mi hermano? Puedes mover tus piernas?´” “Cuando desperté ahí arriba habían cuatro cadáveres alrededor mío”, continuó él.

Todo el viaje cargado sobre la espalda de Ben-Yehuda fue un viaje semiconsciente para Irmak, pero uno del que él “recuerda todo”.

“Yo seguía diciéndole, ´Tú anda, déjame ir.´ Tú sabes lo difícil que es ser cargado”, dijo Irmak. “Si tú no los dejas ir ellos van a morir también. No tenían oxígeno y solamente teníamos una luz”.

“Yo creo que casi morí”, continuó él. “Nadav me salvó la vida”.

En un esfuerzo para expresar su gratitud, Irmak trató de darle su certificado de la cima del Everest a Ben-Yehuda, pero las autoridades no permitieron tal transferencia, explicó él. Desde que se conocieron en el campamento base, los dos hombres “tuvieron una relación de hermanos”, de acuerdo a Irmak.

“Estábamos en un grupo de gente de todas partes del mundo, pero Nadav y yo tuvimos una relación realmente buena”, dijo él. “Algunas veces tú ves a alguien y te conviertes automáticamente en familia, haces bromas”.

Los dos hermanos no pudieron molestarse con las crecientes tensiones entre Israel y Turquía, y en lugar de eso, continuaron pensando en cada uno como familia y amigos.

“Yo no sé qué diablos está pasando entre los dos países. No me interesa eso. Yo hablé con su familia hoy y les dije que tienen otra familia en Turquía y Estados Unidos”, dijo Irmak.

Mientras que Ben-Yehuda dijo que él planea regresar a Israel en una semana más o algo así, donde su mano será tratada, Irmak dijo que él debe permanecer en Nepal hasta que pueda recuperar su bicicleta del arresto domiciliario. Después de andar en bicicleta por dos años alrededor del mundo a través de 19 países, comenzando en Amsterdam, Irmak tuvo el deseo de literalmente “llevar su bicicleta de New York City hacia la cima del mundo”. Desde Katmandú hasta el campamento base, él cargó su bicicleta. “Al estilo Sherpa sobre [su] cabeza”.

Aunque las autoridades inicialmente le garantizaron un permiso para llevar la bicicleta hasta los 7,900 metros, una vez que llegó al campamento base ellos cambiaron de opinión y “arrestaron” su bicicleta. Esto fue alrededor del tiempo en que conoció a Ben-Yehuda, quien fue la primera persona en llegar al campamento base después del ciclista turco.

Irmak no está solamente determinado a escalar la montaña otra vez, sino que está determinado a hacerlo con Ben-Yehuda. “Si la oportunidad aparece yo iré otra vez. No estoy asustado de nada. Escalaré una vez más con Nadav”.

Ben-Yehuda también, quien de hecho ganó una competencia de subir escaleras en Ramat Aviv dos meses atrás, está decidido a continuar con su escalamiento. Aunque a él le gustaría regresar al Monte Everest en algún momento, dijo que esta montaña nunca fue específicamente el sueño de su vida, como lo es para muchos escaladores.

“No es como un sueño o algo así”, dijo él. “Es una montaña realmente interesante y es la altitud máxima. Tienes montañas mucho más bellas en los Alpes, pero esta es la de mayor altitud”.

Por ahora, él seguirá visitando el hospital en Nepal todas las mañanas para revisiones de su mano hasta que regrese a casa, donde dijo seguirá definitivamente en contacto con Irmak. “Si me consigues un pasaporte a Pakistán iría a K2”, agregó él riéndose.


Referencia:Consulado General H. de Israel en Guayaquil

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