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3 de octubre de 2013

Israel y Kenia, más allá de Westgate



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Eli Cohen,Abogado y analista político. Colaborador de Libertad Digital y Es Global

"La relación entre Kenia e Israel, aunque ha pasado por malos momentos, se ha caracterizado por la cooperación y la ayuda mutua""Expertos israelíes ayudaron a dar forma a las instituciones de Kenia antes de que ésta alcanzara la independencia, desarrollando áreas como la agricultura, que sería un importante nexo de unión entre ambos países, que
tienen en la aridez un importante enemigo"


A raíz de la toma del lujoso centro comercial Westgate de Nairobi por la franquicia de Al Qaeda en el cuerno de África, Al Shahab, en la que finalmente han muerto 72 personas, las noticias sobre la intervención de fuerzas israelíes en el rescate se han sucedido. Muchos se preguntaban qué se le había perdido a Israel en Kenia. Concretamente, Jerusalén envió un equipo de siete asesores, dos expertos en secuestros de la Yamam (unidad de élite de la policía), dos expertos en explosivos y tres en identificación e investigación criminal. El mensaje que envió el presidente israelí Simón Peres a su homólogo keniata, Uhuru Kenyata, decía claramente:

El terrorismo es una amenaza global (…) Israel está hombro con hombro con el Gobierno y el pueblo de Kenia en estos difíciles momentos. Nosotros en Israel conocemos el dolor causado por el terrorismo y haremos todo lo que podamos para apoyar al pueblo de Kenia.



Ciertamente, la relación entre Kenia e Israel, aunque ha pasado por malos momentos, se ha caracterizado por la cooperación y la ayuda mutua.

Expertos israelíes ayudaron a dar forma a las instituciones de Kenia antes de que ésta alcanzara la independencia, desarrollando áreas como la agricultura, que sería un importante nexo de unión entre ambos países, que tienen en la aridez un importante enemigo.

En 1953 la entonces ministra de Exteriores, Golda Meir, viajó a Kenia para poner la primera piedra de la embajada israelí en Nairobi y cerrar un acuerdo para que Mashav –la oficina israelí para el desarrollo  y la cooperación internacional, que ayuda a países subdesarrollados en áreas como la agricultura, el desarrollo rural o la medicina– brindara en Israel formación en agricultura y medicina a keniatas.

Uno de los grandes protagonistas del establecimiento de relaciones entre ambos países fue el israelo-keniata Israel Issy Somen, presidente del Consejo Judío de Kenia, quien llegó a ser alcalde de Nairobi (1957) y posteriormente cónsul honorario israelí en Kenia. Jomo Kenyata, considerado padre del país y entonces líder indiscutible de la tribu de los kikiyu, le confesó a Somen en 1961 -cuando aquél aún se encontraba bajo arresto domiciliario-:

Ya sabes, los kikiyu somos los judíos de África, y nosotros también seremos más astutos que el Gobierno británico.



Kenia, es cierto, rompió relaciones con Israel tras la Guerra de Yom Kipur (1973), como hicieron muchos otros países africanos. Aun así, Kenia sirvió como base logística para el rescate de Entebbe, en 1976. El 27 de junio de ese año, el grupo terrorista alemán Células Revolucionarias y el Frente Popular para la Liberación de Palestina secuestraron un avión de Air France con 248 pasajeros y lo llevaron al aeropuerto internacional de Entebbe, en Uganda, bajo la protección de Idi Amin. Poco después liberaron a los pasajeros no judíos. Pero el comandante del vuelo, Michael Bacos, más una veintena de personas, en su mayoría tripulantes, se negaron a abandonar a los 85 israelíes y judíos retenidos. Mientras se realizaban ciertos movimientos diplomáticos para la liberación –por parte de Anuar el Sadat–, el Mosad y el Ejército israelí preparaban el rescate, para el que se precisaba de un aeropuerto próximo al de Entebbe. Así, los aviones Hércules C-130 aterrizaron en el aeropuerto internacional de Nairobi antes de dirigirse al aeródromo ugandés. Idi Amin, en venganza por la ayuda prestada a Israel, ejecutó a cientos de keniatas.

Los intentos por restablecer las relaciones entre Israel y Kenia continuaron. En este sentido, según relata el doctor Arye Oded en su libro Islam y política en Kenia, en 1979 el diputado keniata Abdalá Muidau llevó a cabo una campaña de información entre los musulmanes estadounidenses en la cual alabó la ayuda que Israel prestó para el desarrollo de los países africanos, haciendo énfasis en la asistencia a la educación musulmana en Kenia. Sus rivales políticos le acusaron de ser un “agente sionista”.

En 1987 el Gobierno de Isaac Shamir inició conversaciones con Nairobi, y finalmente en 1988 se reiniciaron las relaciones. Al año siguiente ambos países firmaron un acuerdo por el que Israel prestaba ayuda militar y para el desarrollo agrícola a cambio de apoyo político. Fruto de este acuerdo, en 1991 se llevó a cabo el proyecto de irrigación de la ciudad de Kibwezi.

A partir de entonces, los proyectos conjuntos se suceden, y el flujo de israelíes al país africano se hace constante, al punto de que llega a convertirse en un centro turístico para ellos.

En noviembre de 2002, la industria turística keniata se vio gravemente dañada cuando un grupo vinculado a Al Qaeda, Al Muhayirun, hizo explotar un coche bomba en el vestíbulo del hotel Paradise de Mombasa, propiedad de un israelí, matando a trece personas, tres de ellas turistas israelíes. Simultáneamente, los terroristas lanzaron dos misiles tierra-aire al Boeing 757 de la aerolínea israelí Arkia que cubría la línea charter entre Tel Aviv y Mombasa, con 264 pasajeros a bordo. El avión pudo esquivar los proyectiles e hizo un aterrizaje de emergencia en Nairobi; posteriormente se dirigió a Tel Aviv escoltado por dos cazas israelíes F-15.

La ayuda y cooperación entre los dos países no cesó.

Kenia pidió formalmente a Israel ayuda para desarrollar un plan nacional de energía solar. A este respecto, el entonces ministro keniata de Trabajo y Vivienda, Raila Odinga, declaró en 2003 que Israel era puntero en el desarrollo de energía nuclear y necesitaban su ayuda. En 2007, tras las revueltas de las elecciones presidenciales, Israel donó medicamentos al hospital de Eldoret.

En 2011 Israel se comprometió a brindar asistencia para la seguridad de Kenia en sus esfuerzos para combatir a los militantes de Al Shabab. “Los enemigos de Kenia son los enemigos de Israel”, dijo el primer ministro, Benjamín Netanyahu.

En lo relacionado con la ayuda en materia de seguridad que Israel presta a Kenia, cabe decir que en 1998, cuando Al Qaeda bombardeó la embajada americana en Nairobi, el primer equipo de rescate internacional fue el del Ejército israelí.

Israel y Kenia son dos países que difieren en muchos aspectos, no cabe duda. Pero ambos padecen lacras como el terrorismo islamista o la sequía, que les han hecho unir fuerzas y ser socios confiables.

Referencia:elmed.io

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