Alberto Bernator

11 de enero de 2015

De la Antigua a la nueva Estación de Tren de Jerusalem

La estación de trenes originales de Jerusalén consistía en un edificio de dos pisos con un ala de un piso a cada lado, un mecanismo para cambiar la dirección del tren, un refugio antiaéreo y un gran tanque de agua.

La arquitectura de la estructura se inspiró en el diseño de los Templarios Europeos del siglo 19. El edificio era similar a la estación de tren de Jaffa, diferenciándose sólo por los materiales de construcción utilizados, fué construido con piedra caliza local. Diferentes componentes se añadieron a la construcción a medio plazo, como una gruesa capa de cemento agregado a la azotea para proteger la estructura contra ataques antiaéreos italianos durante el mandato británico.

Después la estación fue cerrada, el área fue abandonada y descuidada hasta que comenzaron los proyectos de preservación y preparación para su reapertura en 2013.

En el siglo 19, Jerusalén había empezado a desarrollarse y ampliarse más allá de los muros de su ciudad vieja,aunque las vías de acceso a la ciudad quedaron en mal estado.

Tiempo de viaje desde Jaffa a Jerusalén era aproximadamente diez horas y la distancia se cubría generalmente en camellos o en carros tirados por burros. A medida que la comunidad templaria continuó desarrollando la ciudad y haciéndola más moderna, un número creciente de peregrinos cristianos comenzó a visitar la ciudad, la demanda de transporte más rápido y fiable comenzó a crecer.

La idea de construir un ferrocarril a Jerusalén era apoyada por muchos, incluyendo el arquitecto y arqueólogo de renombre, el Dr. Conrad Schick y Moses Montefiore, el famoso filántropo, que se puso en contacto con las autoridades británicas y otomanas, pero las consideraciones políticas y económicas hizo sus intentos infructuosos.

Al final, el banquero y empresario, José Navon fue el responsable de la construcción del primer ferrocarril a Jerusalén. Navon nació en Jerusalén en una familia sefardí con profundas raíces en la ciudad y era un hombre de negocios y banquero. Fué el primer hombre sefardí de su generación en Jerusalén en casarse con una mujer de ascendencia Ashkenazi.

Después de irse a la quiebra, se trasladó a Francia y allí, continuó persiguiendo su sueño de construir un ferrocarril a Jerusalén. Después de invertir fondos sustanciales e implorando al Imperio Otomano,a Navon se le otorgó una concesión por 71 años para la construcción de la vía férrea, que sería extendida hacia Naplusa y Gaza. Él vendió la concesión a una empresa francesa después de no poder reclutar inversionistas adicionales.

La compañía francesa recibió inversiones de inversionistas católicos en París, los trabajadores fueron traídos de Egipto y se construyó el ferrocarril en dos años. El coste total de la operación alcanzó la astronómica cifra de 14 millones de francos.

El primer tren de Jaffa entró en la estación de Jerusalén el 26 de septiembre 1892 y fue recibido por grandes multitudes en una gran ceremonia.

En el camino a Jerusalén, el tren se detuvo en las estaciones de Lod, Ramle, Sajad, Dayr Aban (cerca de Beit Shemesh) y Battir,para recargar de agua el motor. Con la tecnología desarrollada, el tiempo de viaje desde Jaffa a Jerusalén se redujo a sólo 3 horas y el tren se convirtió en un medio popular y rentable de transporte. La ruta siguió funcionando hasta que se detuvo todo el transporte entre Jaffa y Jerusalén durante la Guerra de la Independencia.

La ruta ferroviaria fue completamente renovada, y se volvió a abrir,pero nunca tuvo éxito como en su etapa inicial. La baja demanda y costos de mantenimiento la tornaron inadecuada.

Los servicios en esta ruta fueron finalmente cancelados el 15 de agosto de 1998 y la estación fue cerrada para siempre.