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23 de octubre de 2012

Holocausto: Jóvenes se tatúan el
número de sus abuelos sobrevivientes



Cuando Eli Sagir le mostró a su abuelo, Yosef Diamant, su nuevo tatuaje en su antebrazo él agachó su cabeza y lo besó.

Diamant tiene el mismo tatuaje, el número 157622, inscripto en su propio brazo por los nazis en Auschwitz. Casi 70 años más tarde, su nieta se hizo el suyo en una casa de tatuajes luego de haber ido a Polonia en un viaje con el colegio. La semana siguiente, su madre y hermano también se tatuaron los seis dígitos en sus antebrazos.

Luego siguió su tío.
“Toda mi generación no sabe nada sobre el Holocausto. Hablás con personas y creen que es como el Éxodo de Egipto, historia antigua. Decidí recordarle a mi generación: quiero contarles la historia de mi abuelo y la del Holocausto”, dijo Salir, de 21 años, quien tiene su tatuaje hace ya cuatro años, según informó el New York Times.

Los descendientes de Diamant están dentro de los pocos hijos y nietos de sobrevivientes de Auschwitz quienes se han comprometido en memorizar los días más oscuros en sus propios cuerpos.

Con el número de los sobrevivientes descendiendo de 400.000 a 200.000 hace una década, las instituciones y los individuos están haciendo lo mejor posible por recordar al Holocausto luego de quienes lo vivieron ya no estén.

“Nos estamos moviendo de la memoria vivida al a memoria histórica”, destacó Michael Berenbaum, un profesor de la Universidad Judeo Americana en Los Ángeles, quien está entre los académicos más importantes en la memorialización del Holocausto.

Él agregó que “replicar un acto que destruyó su nombre y los convirtió en un número no sería mi primera, segunda ni tercera opción, pero de seguro es mejor que otros tatuajes que los jóvenes se hacen en la piel”.

Ciertamente es una decisión personal que casi siempre provoca interacciones desagradables con extraños ofendidos por la reapropiación de tal vez el símbolo más profundo de la deshumanización del las víctimas del Holocausto. El hecho de que tatuarse está prohibido bajo la ley judía hace que el fenómeno sea aún más desconcertante para algunos.

Dana Doron, una médica de 31 años e hija de un sobreviviente, entrevistó a cerca de 50 sobrevivientes tatuados para el nuevo documental israelí “Numerado”, la cual dirigió con Uriel Sinai, un foto periodista, y será estrenada en Estados Unidos el mes que viene.

En la película también cuenta la historia de Hanna Rabinovitz, una mujer de mediana edad que se puso le número de su padre en su tobillo después de su muerte, y la de Ayal Gelles, un programador de computación, que se tatuó el de su abuelo, Avraham Nachshon.
Referencia:itongadol

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