A la Verdad por el Error

Voy directamente al punto, dejando en manos de lector la interpretación pertinente.

En el libro que lleva el mismo título que este artículo, escrito por Chaim Weizmann, primer presidente del Esado de Israel, pag. 298, Editorial Santiago Rueda, 1949, leemos:

“…Es posible que esto se haya debido a nuestra inexperiencia; todavía no estábamos acostumbrados a leer entre líneas. Los oficiales amigos…nos aconsejaron que nunca encaráramos un ningún problema directamente. El árabe es hábil en el debate y la controversia – mucho mas que el europeo medianamente culto- y hasta que no ha adquirido la técnica necesaria, el europeo se encuentra en gran desventaja. En particular, el árabe posee un gran talento para expresar puntos de vista diametralmente opuestos a los nuestros con una cortesía tan exquisita y llena de ambages que terminamos por creer que está en perfecto acuerdo con nuestras opiniones y dispuesto a estrecharnos la mano en seguida para cerrar el pacto. Las conversaciones y negociaciones con los árabes no difieren mucho de la persecución de un espejismo en el desierto: lleno de promesas y de hermoso aspecto, pero que probablemente termina por llevarnos a la muerte por sed.” “ Una pregunta directa es peligrosa: provoca en el árabe una hábil retirada y un cambio completo de tema. El problema debe encararse por callejuelas tortuosas y lleva un tiempo interminable llegar al meollo del asunto…comenzamos a penetrar un poco detrás del velo de las palabras y, en ocasiones, a tener un atisbo del verdadero significado oculto….”

Hay que agregar a lo dicho que desde Saladino hasta nuestros días, pasando por Arafat, los tratos con los infieles no hay por qué cumplirlos. Esto me lleva a preguntarme: ¿ qué hacemos en Egipto? ¿negociar con los hamasinos delincuentes?

Emilio Baby, 14 de agosto 2014