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18 de agosto de 2014

Derrota ¿militar? de Hamas



El primer ministro de Israel dijo hace pocos días que Hamas no puede disimular su derrota militar.

Ha empezado a hablar demás y como todo el que comete ese error, ha cometido un desbarro que es necesario puntualizar.

Hamas no tiene nada de militar en la pura acepción del término. Una banda armada con la cara tapada, sin respeto por la condición humana de sus congéneres, entre otras bellezas criminales que ha cometido, no puede ser considerado un cuerpo militar, salvo si se aplica erróneamente la adjetivación a una agrupación terrorista que ama la muerte, ha decidido desde su acto fundacional de organización para cometer delitos de toda clase, en los que está incluído el de lesa humanidad, genocidio, racista. No por apretar un gatillo o disparar un mortero se hace alguien, grupo o individuo merecedor del apelativo militar.

Hay que hacer un desagravio a los que con razón podemos llamar militares: cuerpo armado con organización jerárquica bajo la bandera de un país o una organización legal de carácter internacional, sometido a leyes y reglamentos, subordinado a autoridades designadas por leyes dictadas en un estado de derecho, sujeto a los acuerdos y tratados internacionales en la materia, de respeto y consideración humanitaria a los prisioneros y heridos, uniformados en todo momento de manera tal de ser reconocido como combatientes por propios y extraños.

La organización delictiva terrorista denominada Hamas, ¿ha cumplido con al menos uno de los requisitos desordenadamente expuestos en el párrafo anterior?

Sus cabeciilas mafiosos y ladrones han mentido descaradamente y lo siguen haciendo a propios y extraños. Los propios no trepidan en seguir el ejemplo de sus “capomafiosos”, y los extraños cometen el error de jerarquizarlos. Nuestro primer ministro ha cometido ese error. Falta que al estilo del periodismo vendido que todos conocemos los empiece a llamar “combatientes”, “milicianos” “fuerza armada palestina”.

Ya demasiado honor se les hace al descender a su nivel y concurrir a conversaciones cuando es sabido que no han trepidado en asesinar niños en sus cunas, ancianos, ancianas, gente desprevenida asesinada con premeditación, alevosía y ensañamiento en mas de una oportunidad que registra la crónica documentadamente.

Si París bien vale una misa, la paz bien vale la repugnancia de verles la cara.

Emilio Baby,Haifa, 17 de agosto 2014

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